Blancanieves
Cuento Clásico Infantil de Blancanieves
Había una vez, en un reino muy lejano, una reina que, mientras bordaba junto a su ventana en pleno invierno, se pinchó el dedo y tres gotas de sangre cayeron sobre la nieve. Al ver el contraste entre la sangre roja, la nieve blanca y el marco negro de la ventana, la reina pensó: "¡Ojalá tuviera una hija con la piel tan blanca como la nieve, los labios rojos como la sangre y el cabello negro como el ébano!"
Tiempo después, la reina dio a luz a una hermosa niña con esas mismas características y la llamó Blancanieves. Sin embargo, la reina murió poco después del nacimiento de la niña, y el rey se volvió a casar con una mujer muy hermosa, pero vanidosa y malvada.
Esta nueva reina poseía un espejo mágico que, cada vez que lo consultaba, le respondía con la verdad. La reina solía preguntarle:
—Espejito, espejito mágico, ¿quién es la más hermosa de este reino?
Y el espejo siempre respondía:
—Tú, mi reina, eres la más hermosa de todas.
Blancanieves creció y, con el tiempo, su belleza superó a la de la reina. Un día, cuando la reina consultó a su espejo, la respuesta fue diferente:
—Reina, eres muy hermosa, pero Blancanieves es ahora la más hermosa de todas.
Llena de celos y furia, la reina ordenó a un cazador llevar a Blancanieves al bosque y matarla. Como prueba de su muerte, el cazador debía traerle el corazón de la joven.
El cazador llevó a Blancanieves al bosque, pero cuando llegó el momento de cumplir con la orden, no pudo hacerlo. Blancanieves era tan hermosa e inocente que el cazador sintió compasión y decidió dejarla vivir.
—Huye, pequeña, y no vuelvas al castillo nunca más.
En su lugar, el cazador mató a un jabalí y llevó su corazón a la reina, haciéndola creer que era el corazón de Blancanieves.
Mientras tanto, Blancanieves se adentró en el bosque, temerosa y sola. Después de caminar mucho tiempo, encontró una pequeña cabaña en la que vivían siete enanitos. La cabaña estaba ordenada pero todo era muy pequeño. Como estaba agotada, Blancanieves se recostó en una de las camas y se quedó profundamente dormida.
Cuando los siete enanitos regresaron a casa esa noche, encontraron a Blancanieves durmiendo en una de sus camas. Al principio, se sorprendieron, pero al ver su belleza, decidieron dejarla quedarse. A la mañana siguiente, Blancanieves les contó su historia, y los enanitos, compadecidos, le ofrecieron quedarse con ellos.
—Quédate con nosotros, Blancanieves. Estarás a salvo aquí, pero debes tener cuidado con la reina. Si descubre que sigues viva, vendrá a buscarte.
Mientras tanto, en el castillo, la reina volvió a consultar a su espejo mágico, segura de que seguía siendo la más hermosa del reino. Sin embargo, el espejo le dijo:
—Reina, eres hermosa, pero Blancanieves, que vive con los siete enanitos en el bosque, es la más hermosa de todas.
Furiosa al descubrir que Blancanieves seguía viva, la reina decidió matarla ella misma. Se disfrazó de anciana vendedora y preparó una manzana envenenada. Luego, fue a la cabaña de los enanitos y ofreció la manzana a Blancanieves.
—Toma, querida, esta deliciosa manzana.
Blancanieves, sin sospechar nada, mordió la manzana y cayó al suelo, aparentemente muerta. Cuando los enanitos regresaron, encontraron a Blancanieves inmóvil y, aunque intentaron despertarla, no pudieron. Creyéndola muerta, la colocaron en un ataúd de cristal en el bosque para que todos pudieran ver su belleza.
Tiempo después, un príncipe que había oído hablar de la belleza de Blancanieves la encontró en el ataúd de cristal. Enamorado a primera vista, pidió a los enanitos que le permitieran llevarse el ataúd. Mientras lo transportaban, uno de los sirvientes tropezó, y el pedazo de manzana envenenada que había quedado atrapado en la garganta de Blancanieves salió, devolviéndole la vida.
Blancanieves abrió los ojos y el príncipe, lleno de alegría, le pidió que se casara con él. Blancanieves aceptó, y juntos regresaron al castillo del príncipe.
Invitaron a la reina al banquete de bodas, sin que ella supiera que la novia era Blancanieves. Cuando llegó, la reina, al ver a Blancanieves viva, se horrorizó. El espejo le había advertido que no podía ser la más hermosa para siempre.
Finalmente, Blancanieves y el príncipe vivieron felices para siempre.
Moraleja del Cuento de Blancanieves
El cuento de Blancanieves nos enseña que la envidia y la maldad pueden causar mucho daño, pero al final, la bondad, la pureza y el amor verdadero siempre triunfan.
No importa cuán bellos seamos por fuera, lo más importante es tener un buen corazón, ya que las malas acciones y la envidia siempre traen consecuencias.
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